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2 de octubre

"2 de octubre no se olvida" dice el dicho popular, aunque esa frase se ha vuelto más una leyenda que una realidad.

2 de octubre

Entre la izquierda es el recordatorio constante de un gobierno represor, para la derecha no es un día realmente importante o como diría alguien por ahí: "Eso ya pasó". Para los estudiantes al parecer sólo se ha vuelto un día para hacer marcha tradicional.

El 2 de octubre es una fecha trágica, no debiera ser motivo de fiesta ni celebración, y tampoco debería minimizarse lo ocurrido; sin embargo parece que la población en México se olvida de lo sucedido.

Las marchas para conmemorar el 2 de octubre de repente se convierten en fiestas llenas de música, gritos y diversión. Simplemente parece una falta de respeto, ¿cómo podría alguien alegrarse de que el ejército invadiera las calles de la Ciudad de México para matar a diestra y siniestra a jóvenes, niños, amas de casa y trabajadores?

Por otro lado, el 2 de octubre es una fecha que sólo se recuerda en el Distrito Federal. Para el resto de los estados esta fecha no tiene ningún significado pues en ellos no se dio una masacre de estudiantes como esta, y la noticia ni siquiera llegó debido a la censura.

Y sin embargo, 2 de octubre sigue siendo una fecha para recordar. Recordar lo que es capaz de hacer un gobierno cuando se siente amenazado por peligros irreales, cuando toma mano dura contra la población porque la cree capaz de sublevarse y quitar el poder al gobernante.

Para aquéllos que no conocen la historia del 2 de octubre les dejamos una pequeña semblanza, con tal de que recuerden lo que sucede cuando el ejército tiene control sobre los civiles en tiempos de paz:

El 22 de julio de 1968, un incidente de fútbol americano entre la vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la UNAM, termina en una gresca. El cuerpo policiaco de granaderos disuelve la turba, deteniendo a varios estudiantes e incursionando dentro de las instalaciones de dicha vocacional.

Entre el 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas entran en un paro de labores, los granaderos y el ejército entran a de las escuelas, entre ellas, la Prepa 1 en San Ildefonso, donde es destruida una puerta tallada en el siglo XVIII, mediante el disparo de una bazuca.

El 30 de julio de 1968, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra en Ciudad Universitaria, condenaría públicamente los hechos, izando la bandera mexicana a media asta y con un emotivo discurso se pronunciaría a favor de la autonomía universitaria y exigiría la libertad de los presos políticos, refiriéndose a los estudiantes detenidos de la Prepa 1. Ese mismo día encabezaría la marcha por la avenida de los Insurgentes, donde surgió un lema muy común utilizado por el movimiento estudiantil, "¡Únete pueblo!".

El 26 de agosto de 1968, una multitudinaria marcha se dirigió al zócalo capitalino. Fue la primera ocasión en que se insulta públicamente al presidente mexicano, Gustavo Díaz Ordaz. Al finalizar la manifestación, uno de sus líderes se pronuncia a favor de quedarse a esperar una respuesta del gobierno, a escasos días del informe presidencial.

La madrugada del 28 de agosto de 1968, se abren las puertas del Palacio Nacional, de donde salieron tanques del ejército para dispersar a los manifestantes.

El 13 de septiembre de 1968, tiene lugar "La marcha del silencio", donde los manifestantes marcharon con pañuelos en la boca. Esto debido a que el gobierno aseguraba que durante las marchas sólo se iba a hacer escándalo y provocar caos.

El 18 de septiembre de 1968, el ejército invade la Ciudad Universitaria de la UNAM.

El 24 de septiembre de 1968, el ejército invade el Casco de Santo Tomás, uno de los campus del IPN.

El 1 de octubre de 1968, el ejército se retira de la UNAM y el IPN.

La tarde del 2 de octubre de 1968, un día después de la salida del ejército de los campus de la UNAM y del IPN, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

Mientras tanto, el ejército vigilaba, como en todas las manifestaciones anteriores, que no hubiera disturbios, principalmente porque el gobierno tenía temor de que fuera asaltada la Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Cerca de las seis de la tarde, casi finalizado el evento, un helicóptero del cual se dispararon bengalas sobrevoló la plaza presumiblemente como señal para que los francotiradores apostados en el edificio "Chihuahua" abrieran fuego en contra de los manifestantes.

Los militares abrieron fuego hacia la multitud de manifestantes que se encontraban en la plaza de Tlatelolco.

Muchos manifestantes que lograron escapar del tiroteo se escondieron en algunos departamentos de los edificios aledaños, pero esto no detuvo al ejército que sin orden judicial irrumpió a cada uno de los departamentos de todos los edificios de lo que conforma la Unidad Tlatelolco, para capturar a los manifestantes.

Aún se desconoce la cifra exacta de los muertos y heridos. El gobierno mexicano manifestó en 1968 que fueron sólo 20 muertos, tres años más tarde, la escritora Elena Poniatowska, en su libro La noche de Tlatelolco publicó la entrevista de una madre que buscó entre los cadáveres a su hijo y reveló que por lo menos había contado 65 cadáveres en un solo lugar.

El sábado 12 de octubre de 1968, el presidente mexicano, Díaz Ordaz, inauguró los XIX Juegos Olímpicos, bautizados como "La Olimpiada de la Paz", en ese momento un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial, un papalote de color negro en forma de paloma, en repudio por la matanza del 2 de octubre.

La versión del entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, fue que los militares dispararon para defenderse de las agresiones de los estudiantes. Tiempo después se dijo que el ataque había sido ideado por un grupo paramilitar denominado "Batallón Olimpia", quien supuestamente iniciaría los disparos a fin de confundir al ejército para que disparara hacia la multitud. Al finalizar su gestión, el presidente Díaz Ordaz declaró públicamente que el mayor orgullo de su gestión se había dado precisamente el 2 de octubre de 1968.

Cabe destacar que aquel día había muchos rumores sobre un posible ataque del ejército a la población civil. Tan es así, que a muchos estudiantes no los dejaron asistir a la manifestación aquel día. Un estudiante de medicina relató que su madre lo encerró en una habitación de la casa, con tal de que no acudiera.

Una señora, actualmente con 60 años de edad, trabaja en aquel entonces en una secundaria ubicada precisamente en la Unidad Habitacional Tlatelolco. Su padre, fue literalmente a sacarla del trabajo aquella mañana, ella tenía 18 años.

Así pues, el 2 de octubre no tiene nada que ver con el comunismo, ni con estudiantes revoltosos, y definitivamente va más allá de un gobierno represor. Tiene que ver con el abuso de la fuerza del estado, con la ambición de un gobernante de llevar a cabo una guerra que involucra la vida de la población civil con el ejército... ¿les suena familiar?

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