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Trolebús

Buscando entre mis curiosidades encontré un boleto de Trolebús. Este boleto en particular es de los conmemorativos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución.

Trolebús

Así que he decidido subir la imagen aquí para que se conserve un buen rato y otros puedan conocerlo.

A quien le interese, el boleto es del Trolebús "Cero emisiones". Sí, ese al que sólo pintaron de verde para poder subir el costo de $2.00 a $4.00, además de correr a todos los ambulantes y cantantes callejeros que solían tomar la ruta del Eje Central (aquí hay opiniones a favor y en contra).

Como dato adicional y meramente para el archivo histórico, el boleto de Trolebús corresponde a la administración de Marcelo Ebrad, cuyo lema de gobierno es: "Ciudad en Movimiento". Aunque a muchos esta frase les parece contradictoria, debido por supuesto al tráfico permanente ocasionado por las múltiples construcciones de obra pública y por lo tanto calles y avenidas cerradas.

Olimpiada de Matemáticas

Hoy quiero compartir un video con ustedes, en el que aparecen los ganadores de la Olimpiada de Matemáticas en México. Estos jóvenes que representan a nuestro país tienen un mensaje muy importante que compartir con nosotros.

Olimpiada de Matemáticas

Entre otras cosas los ganadores de la Olimpiada de Matemáticas nos dicen que no basta con quejarse de la situación de violencia actual en México, sino que hay que hacer algo. Y aunque pensemos que nuestras acciones no afectan a los demás, nunca sabemos hasta donde puede llegar nuestra influencia:

Padres e hijos

El siguiente texto lo encontré navegando en Internet, aunque es más sobre el tema de la educación hacia los hijos, lo incluyo aquí por la referencia a la situación en México. La entrada original se llama "Los padres también somos culpables" y es una reflexión sobre la relación actual entre padres e hijos:

Padres e hijos

“Yo me haría la siguiente pregunta: ¿cómo eduqué, o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco, o inculqué a mis hijos? A los jóvenes de este siglo, hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión, o caminar larguísimas distancias para llegar a ella. Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.

Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso, el nextel más costoso, la Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación a la brevedad y sin chistar.

Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de MTV. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.

Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y buenas costumbres y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido, ya saben todo y lo que no ¡Lo consultan en internet!

Nos asombramos porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan a porque eso no les alcanza.

Si son estudiantes siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, en donde lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o cuando mínimo alcoholizados.

Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan con desfachatez: "yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme" o "quien les manda andar de calientes".

Definitivamente estamos jodidos, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.

Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años. Sí es correcto, 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿Entonces en qué estamos fallando?

Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo, que tenían que ayudar a limpiar la casa, no se frustraban por no tener vehículo y andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos y aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.

Lo que le pasó a nuestras generaciones es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo:

¡Yo no quiero que mis hijos pasen los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero.

Muchos de nuestros hijos a los 10 años ya habían ido a Disneyworld mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México con su hoy vetusto y atiborrado Metro.

El dame y el cómprame siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión con sirviente(a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.

Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.

Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades, fórmenles el hábito de ser agradecidos.

Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios.

Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta.

Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita. Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento.

Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa; NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan y por la que ellos no dan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.

Que entiendan que asistir a la escuela es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.

Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.

Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. Cuando ocupes corregirlos aconséjalos, platica con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.

Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos o sencillamente hemos trabajado tanto que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.

Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.

Basta de sangre

Recientemente este blog se sumó a la convocatoria del caricaturista Rius de expresarnos en contra de la violencia que vive el país a través de un cartel que diga claramente "No más sangre" o "Basta de sangre".

Pues bien, hace poco un muchacho bien intencionado elaboró el siguiente cartel:

Basta de sangre

Él como muchos otros, asegura que de nada sirve un cartelito, quizá tenga razón; pero por qué criticar a quienes sí queremos expresarnos de esa forma. Desde cuándo la pasividad se ha vuelto un signo de conciencia e inteligencia que da derecho de llamar inconscientes a otros que quieren hacer algo aunque sea la más pequeña cosa. Y sobretodo ¿por qué se critica a la gente víctima de la violencia en vez de a la violencia misma?.

Se dice que es activismo "light", pero es preferible mil veces expresarse de forma pacífica a no hacer nada y criticar a los demás pero sin seguir haciendo nada. Hay que cambiar esa forma de pensar, dejar de ser pasivos pero sobretodo dejar de apedrear a quienes sí quieren un cambio.

BASTA DE SANGRE

No más sangre

Circula en Internet la campaña "No más sangre", es una campaña pacífica para protestar en contra de la ola de violencia que estamos viviendo en el país.

No más sangre

Participar es muy sencillo y nada nos quita, basta con algunas acciones sencillas:

1. Unirse al grupo en Facebook: http://www.facebook.com/pages/Por-favor-no-mas-sangre/184308684920918?v=info

2. Bajar el logo de la campaña "No más sangre", distribuirlo y usarlo en tantos medios como sea posible.

3. Comenta sobre los artículos vinculados en la página y las publicaciones de otros miembros. Fomentemos el diálogo para producir ideas.

Quizá no sea mucho para detener la violencia y la masacre, pero al menos que se escuche nuestra voz aunque sea por este medio:

¡NO MÁS SANGRE!

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