Historia y Justicia en México

El viernes pasado el alcalde del municipio Gran Morelos en Chihuahua, Ricardo Solís Manríquez, sufrió un atentado mientras se encontraba con su ahijado de dos años en una farmacia veterinaria ubicada en el kilómetro 9.5 de la carretera Chihuahua-Cuauhtémoc.



Apenas un día antes había sido asesinado en su domicilio Prisciliano Rodríguez Salinas, el alcalde del municipio Doctor González, Nuevo León.

Hasta el momento no ha habido informes sobre quien o cuál ha sido el móvil de los asesinatos, por lo menos no de parte de las autoridades quienes achacan todos los males al crimen organizado (así sin más especificaciones). Los especialistas aseguran que estos crímenes son un mensaje directo para el gobierno.

A propósito del suceso, recordaba mi papá que había una época en donde todo el mundo quería ser alcalde. Hoy todos esconden las manos.

Los crímenes políticos se están incrementando, sin embargo la ciudadanía en general tiene la percepción de que el propio gobierno se metió en esta situación y que es un "castigo merecido".

No estoy de acuerdo, a pesar de la corrupción que impera en las esferas políticas; aún así el Estado debe garantizar la seguridad empezando por sus propios gobernantes. Cuando esto no es posible, significa que no hay estabilidad y ninguna responsabilidad por parte de la ciudadanía para obedecer las reglas políticas y ordenanzas oficiales.

La razón por la que se establecen leyes y tribunales es para garantizar la paz social, necesarias para el desarrollo en toda sociedad; pero cuando las leyes son nulas, no se aplican o son ineficaces, entonces es momento de cambiar el régimen político para restablecer el equilibrio y garantizar la seguridad.

El restablecimiento de la justicia es deber del Estado, pero si no es posible entonces la responsabilidad pasa a manos de los ciudadanos.

Ahora bien, hay muchas formas de restablecer la justicia. En mi opinión, la violencia no es una de ellas, además de que la ciudadanía no puede ni debe exponer su vida ante grupos a los que difícilmente podrá superar en fuerza o armamento.

Habrá que buscar otras formas.