Historia y Justicia en México

¿Por qué se tortura? El objetivo de la tortura puede ser para obtener información, una confesión falsa o como método para intimidar a la sociedad.

¿Quiénes tortura en México? En México es común que policías, militares o marinos realicen esta práctica para fabricar culpables.

De acuerdo con Juan E. Méndez, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, la tortura se practica de manera generalizada en México, por autoridades de todos los niveles, tanto civiles como militares.

Méndez describió como las visitas a centros de detención se caracterizaron por un mismo patrón: al preguntar a las personas detenidas qué había pasado después de la detención, una tras otra persona describió actos de tortura y malos tratos.

Juan E. Méndez observó casos documentados respecto a estas prácticas por parte de diversas autoridades, incluyendo las Fuerzas Armadas, las policías municipales, estatales, y federales; y los agentes ministeriales estatales y federales.

En México, el uso de la tortura y los malos tratos aparecen excesivamente relacionados a la obtención forzada de confesiones, la fabricación de pruebas y la falsa incriminación.

Como ejemplo de estas prácticas, se encuentra Claudia Medina:

El 7 de agosto de 2012, entre las 3 y 4 de la madrugada, un comando de marinos irrumpió su casa, en el puerto de Veracruz. Al darse cuenta del allanamiento pensó que era un robo y despertó a su esposo, Isaías Flores Pineda, pero de inmediato los marinos rompieron la chapa de la puerta y entraron en la recámara. De forma violenta, Claudia y su esposo fueron llevados a la base naval de Veracruz. Ella fue recibida entre vejaciones, golpes, asfixia, descargar eléctricas en los pies, es decir, fue torturada física, sexual y psicológicamente. Los marinos le decían a punta de golpes que se autoinculpara de formar parte del cártel Jalisco Nueva Generación.

La tortura causa serios daños piscológicos e impide a los sobrevivientes llevar una vida normal sin el debido tratamiento. La tortura es como cuando te fracturas un hueso, hay que enyesar, poner clavos en algunos casos, hacer un tratamiento médico, y la rehabilitación debe ser a largo plazo. Cuando el hueso sana, se hace una especie de cayo, que fortalece, y será muy difícil que se vuelva a quebrar; con las y los sobrevivientes es más o menos lo mismo, si se trabaja, se se habla y rehabilita lo sucedido, se fortalece a la persona y será muy difícil que el Estado pueda volver a quebrantar ese punto.