Historia y Justicia en México

Cuántas veces no hemos escuchado últimamente (porque antes no se decía) aquel eslogan que reza: "Este programa es público, ajeno a cualquier partido político, queda prohibido el uso para fines distintos al desarrollo social".

Pero sabe bien que en todos los sexenios se saca provecho de la SEDESOL y sus programas sociales, para utilizarlos con fines electorales.

Y para muestra la historia de Doña Reyna, que vive en Xalapa, Veracruz:

"La mujer de 65 años se limpia las manos húmedas en su blusa, mientras hierve frijoles. Apenas regresó de recolectar fierro, latas, botellas de plástico y alambre. Lo acopia y luego lo vende. A veces le dan 30 pesos, otras 50, si le va bien. Es el pago que recibe por alrededor de siete horas de caminata.

Doña Reyna es una de las 800 personas que fueron dadas de baja del programa federal Oportunidades en el Municipio de Boca del Río en pleno auge electoral. Reyna Lucio recibía 890 pesos bimestrales por concepto de 'alimentación' y 'alimento vivir mejor'.

'Pasó en nuestra calle gente con chalecos rojos. Nos pidieron la credencial de elector. A quienes nos negamos nos dieron de baja del programa', lamenta doña Reyna, quien reside en la Colonia Ampliación Miguel Alemán, una de las más pobres de Boca del Río.

Blanca Fuentes, vocal de Oportunidades, recibía mil 310 pesos. A su domicilio también pasó la gente de los chalecos rojos para pedirle su credencial de elector. Por negarse a entregarla ahora sólo recibe 260 pesos.

Sólo en Boca del Río se contabilizan más de 4 mil beneficiarios del programa, de los cuales 800 ya no aparecen en los registros".

Fuente: Diario Reforma, p. 5, miércoles 5 de mayo de 2013

Y luego ahí está el gobierno diciendo que no, que los programa sociales de SEDESOL no se usan para fines electorales, pero las pruebas demuestran otra cosa. Y ahí aparece la red electoral de Coahuila, cuyos participantes se sienten muy ofendidos de semejante acusación.

Otros, como el dirigente nacional del PRI, César Camacho, dicen que no debemos ser ingenuos y que la tentación de comprar votos y manipular los programas sociales con fines proselitistas asoma en todos los partidos políticos. No lo dice, pero sus palabras suenan al pretexto: "yo lo hago pero él también", como si eso fuera justificación.

Desafortunadamente tiene razón, y para muestra ahí están los programas sociales de la capital del país, que también son promovidos arduamente durante las contiendas electorales.

Estos políticos se aprovechan de la necesidad de la gente, necesidad creada por las mismas políticas públicas insuficientes y que por el contrario, promueven la pobreza. Y mientras haya pobreza, se seguirá haciendo mal uso de los programas sociales para convertirse en maquinaria proselitista.